Juan Gregorio Maldonado Ochoa
Y es así. La arena estaba (verbo pasado) de bote en bote, como dice la canción, la gente comenzaba a gritar, se sentía enardecida sin cesar. La lucha libre mexicana es parte importante de nuestra cultura y de nuestro folklore; tradición que se ha venido opacando por la aparición de la lucha libre, extremadamente comercial y envolvente, de los Estados Unidos de Norteamérica. Dicha industria, supo cómo llegar a la sociedad mexicana, transmitiéndose por televisión abierta y así impactando en el elemento más mediático: los niños.
Atrás quedaron los tiempos en los que, como me platica mi padre, en donde la gente llenaban las salas de la matiné sólo para ver al máximo exponente e ídolo de la lucha libre: Santo “El enmascarado de plata”; ya sea peleando contra vampiros, momias, zombis, etc.
Desde que el señor Salvador Lutteroth González trajo la lucha libre a nuestro país, se ha convertido en una parte fundamental de nuestra sociedad, pues es ahí donde podemos observar grandes rasgos de nuestra cultura como lo son las máscaras, los atuendos y personajes como La Parka, que representa el culto que tenemos hacia la muerte, no a la Santa Muerte, sino específicamente al día de muertos y a la forma en que le festejamos y nos burlamos de ella. Otros personajes representativos son Canek, el príncipe maya; El Rayo de Jalisco, El Perro Aguayo, quien utiliza La marcha de Zacatecas para presentarse; o bien El místico, que hace referencia al catolicismo en México.
Todas esas bellas cosas que nos ofrece la lucha libre, incluido también, los espectaculares lances, grandes acrobacias, colorido, sabor, interacción con el público, gran folklore y mucha diversión.
Recordamos con mucho cariño, además de Santo, a los luchadores de antaño, quienes también fueron ídolos como Blue Demon, Mil Máscaras, Dr. Wagner, Los Villanos, Los Brazos, El ya mencionado Rayo de Jalisco y el mismo Huracán Ramírez; sin olvidar al gran Cavernario Galindo y su inolvidable anécdota, donde muerde una serpiente viva en el ring para después aventársela al público.
Per hoy es muy triste ver que esos grandes personajes se ven notoriamente opacados por las ridiculeces y poco ingenio de los gringos.
¿Por qué se generó esto? Obviamente a los niños les encanta ver la televisión y fueron presa fácil del show y el espectáculo de hombres fornidos que sólo se dan golpes sin sentido, que pierden el tiempo discutiendo de los supuestos problemas fuera del cuadrilátero, hablando más por el micrófono que luchando, y cuando comienzan a luchar utilizan demasiada pantomima, circo, maroma y teatro realizando movimientos estrafalarios con las manos y pies, como si esto les fuera a dar más fuerza.
Así fueron inundando a los chiquillos, con playeras, muñecos, cinturones, videos, comerciales y hasta los famosos “tasos” de una importante empresa de frituras. Eso sí que lo imitan los pequeños, toda esa payasada y su vestimenta, dejando de la lado la hermosa tradición que, por cierto, Televisa ha venido salvando un poco, con la transmisión de las luchas mexicanas el fin de semana, obviamente, sin la misma publicidad que la lucha estadounidense, además de que no se transmite en horarios estelares.
Les aseguro que si le preguntan a un niño, el nombre de diez luchadores mexicanos, quizá llegue a mencionar hasta dos, pero si se le cuestiona sobre personajes de la mentada WWE, no se cansarán de mencionarlos con todas sus características.
Arturo Rivera, comentarista de Televisa Deportes y narrador de la empresa mexicana de lucha libre Triple AAA y en ocasiones también del Consejo Mundial de Lucha Libre, expresó: “Es penoso que nuestros pequeños se inclinen por ver la lucha libre extranjera, su inocencia no se da cuenta que la lucha mexicana es espectacular, es especial, tiene mucha vitalidad; debemos tener más compromiso nosotros como narradores, para que no se pierda esta hermosa tradición”. Los luchadores mexicanos suben a pelear y las luchas estadounidenses, se suben, hablan, se rasguñan y se termina.
El pasado cinco de octubre, en el programa de televisión “Tribunal TD”, se expuso el por qué no pudo mantener la lucha libre mexicana sus supremacía desde la llegada de la WWE. Hubo una especie de debate sobre si la lucha libre mexicana es culpable o inocente (este programa se puede ver por el famoso portal de internet Youtube.com), donde se expuso que: “La lucha libre mexicana tiene una capacidad nula de reinventarse, es cierto, es más estética, diversa y ágil que la gringa”. Pero ¿Por qué no se le ha podido sacar provecho a la denominada “mejor lucha libre del mundo”?
La lucha libre de EE. UU., tiene buena escenografía, pirotecnia y guapas mujeres, pero sus luchadores dejan mucho que desear, según se comentó desde el punto de vista de los expertos; la WWE es la culpable de que la lucha libre mexicana no tenga la importancia que tuvo antaño.
La lucha libre mexicana no cedió el espacio, sino que estamos hablando de una competencia e televisión, y el nuevo producto que ofrecieron resultó mejor.
Para finalizar, puedo añadir que en cuanto a mercadotecnia y publicidad, las empresas mexicanas le dan más apoyo a las luchas de EE. UU., no se puede comparar la producción de un país tercermundista con uno de primer mundo, y más si le dan más promoción a esta última. Ojalá que nunca se pierda la tradición mexicana de la lucha libre y sus pintorescos personajes. ¡Arriba los rudos, los rudos, los rudos! Y para la lucha libre gringa, como dice Arturo Rivera: ¡Guácala de pollo!