viernes, 14 de agosto de 2009

Edición número 12, mes de Agosto

La edición número 12 de la revista Calmecac, correspondiente al mes de Agosto la podrás encontrar en:

IRAPUATO:

- La Casa del café (Junto a tienda Del Sol)
- Casa de cultura Centro
- Casa de cultura Chinacos
- Librería Edukal (Junto a casa de cultura centro)
- Café Valakia (Berriozabal, junto al Hospitailto)
- Café Las Cigarras (Berriozabal, junto al Hospitailto)
- Centro de idimoas (Junto al reloj de sol)
- Café Tiu (Junto al reloj de sol)
- Centro Cultural Tonatiuh (Jesús García, frente al hospitalito)
- Museo de la ciudad
- Liceo Cervantino
- Italian coffee (Centro, Guerrero y Soriana)
- Universidad Quetzalcóatl (Caja)
- Centro de capacitación Allende

GUANAJUATO:

- Facultad de Filosofía y Letras (Cafetería)
- Casa de Cultura
- Museo de la Alhondiga
- Museo de cera
- Galería de arte Capelo
- Museo Diego Rivera
- Museo del Pueblo
- Librería de Cristal
- El café Galería
- Italian Coffee Juárez
- Italian Coffee San Fernándo
- Biblioteca central de la U. G.
- Café Antik
- Librería Porrua

SALAMANCA:

- Casa de cultura
- Centro de las artes
- Librería Minerva
- Creativa (Escuela de música)

jueves, 13 de agosto de 2009

Versión imprimible de Calmecac 12, correspondiente al mes de Agosto



Calmecac se complace en presentar la nueva versión imprimible de nuestra querida revista. Ahora nuestro mensaje trasciende las fronteras y busca llegar a cada uno de nuestros seguidores en cualquier rincón del mundo.

Tomando en cuenta sus opiniones y comentarios, Calmecac sigue evolucionando, muchas gracias a las personas que hacen posible que este proyecto perdure. El archivo viene en formato PDF así es que necesitas un programa para poder abrirlo, si no tienes alguno puedes bajar gratuitamente el Adobe Reader en www.adobe.com o bien buscar otro. Te recomendamos primero bajar las instrucciones de impresión y armado, si tienes alguna duda, contáctate con nosotros a revista.calmecac@gmail.com

Instrucciones de Impresión y armado
http://www.mediafire.com/?j4t1g1mgymd


Revista imprimible Calmecac número 12, mes de Agosto
http://www.mediafire.com/?5mz2wtq3nmd



Editorial

¿Qué hago yo aquí escribiendo? Si desde ayer ya no estoy sonriendo; ¿Y qué si no sé hacer poesía? Si pretendo hacerlo con mucha alegría; esa alegría que viene sólo en frascos pequeños, y aunque eso no es motivo de mi desdeño, la alegría se encuentra en pies ajenos; esa alegría que viene sólo a cuentagotas, y que mientras más grande sea el chubasco, más en tus ojos la notas.
Escribir, escribir, escribir… ¿Qué caso tiene? Si la punta de mi lápiz se esfuma, o si se seca la pluma; si tú amigo no lees esto, no tiene finalidad alguna.
Cada mes es diferente, a veces peor, a veces más elocuente. ¿Y qué? Si esta lectura alguna vez fue tuya, mía, de él o de aquel; ahora el papel lo pongo yo y las letras las ponen los que aquí escriben de corazón.
¿Y qué? Si cada que ves esta revista, haces como si se te nublara la vista, si te he visto que hasta brincas; primero se lee y se analiza algo y luego lo criticas.
¿Y qué? Si el diseño parece que lo hizo un niño de preprimaria, déjame decirte amigo: Los palitos y las bolitas son usados para hacer bocetos por los verdaderos artistas.

Y volver, volver, voooooooooooolver

Por: Lila Loops


Volví a tratar… de recorrer ese camino que creía perdido, volví a ceder, a pedir lo que quiero.

Sólo para comprobar que te había perdido, la verdad es que lo esperaba…

al final del día creo que era la respuesta que quería escuchar, lo que me hacía falta para poder continuar, para terminar de olvidarte… ¿Concluir las cosas? ¿Cerrar caminos? Eso que sientes cuando necesitas un pretexto para enfrentarte a la verdad…

Esa verdad que nos da tanto miedo escuchar y enfrentar siempre, pero que al final de la forma en la que venga termina liberándote… ya sea de una forma tranquila o en un drama lagrimiento. Y hoy puedo decir que me siento liberada de mis temores, resentimientos, de mis lagrimas, y no es que ya no me importe, es simplemente que puedo confesarlo, no sentí nada cuando me dijiste la palabra esa incoherente que todo mundo utiliza para decir que el sentimiento no es mutuo… “amigos”, en fin, por mi parte todo fue sincero y de verdad creí que todo el camino que habíamos recorrido juntos significaría algo… pero como en todas las relaciones cuando las cosas terminan parece que a todos se nos olvida todo lo que alguna vez dijimos, lo que alguna vez prometimos… lo que alguna vez sentimos ¡CUANTO NOS AMAMOS! y que el hecho de cada uno seguir sin el otro en el camino, no cambia lo vivido juntos… pero no, la mayoría de las veces gana el ego, el resentimiento, el ‘yo siento’, el ‘yo creo’, el ‘tu me hiciste’… y yo pensé que eso cambiaria esta vez y que esta vez seguiríamos siendo NOSOTROS y no paso así… en fin, creo que ya no hay más que buscar, ¿Verdad? Simplemente aprender y olvidar.

Como siempre gracias por responderme o tratar de hacerlo de la forma más veraz posible, no temas… no me lastimaste, al contrario, me liberaste. Hoy puedo ver todo más claro y puedo seguir mi camino sabiendo que di lo mejor de mí y recibí lo mejor de ti y sin dudas que me hagan titubear y negarme la oportunidad de estar con alguien más.

Como lo dije con mi corazón rotito, te llevaste parte de mi… me dejaste algo de ti, muchas gracias por todo, aprendí mucho a tu lado y la meta se cumplió… somos mejores personas, nos quedamos con lo mejor de cada uno y eso me hace feliz, muy feliz de verdad, lo digo de corazón. Espero que mis palabras y mis acciones expresen la franqueza con la que te conocí, te amé y con la que hoy te dejo atrás.

Gracias a ti por existir, por haber estado aquí y por hoy aprender a irte de mí.


Comentarios a: lilaloops@gmail.com

¡No circos!

Por: Luis Alberto Barragán Velázquez


¿Diversión? ¿Espectáculo? ¿Hasta cuándo?


Hace unos días me encontraba caminando por las calles de mi ciudad, observando y pensando en varias cosas, de pronto empezó a llover muy fuerte, me refugie debajo de un árbol, cuando por la calle pasó un gran camión que tenía un letrero que decía: “El circo con más animales del mundo”. Cuando lo leí no me interesó voltear a verlos pero las circunstancias hicieron que me percatara de ellos, los llevaban en jaulas, encadenados, mojándose en un tremendo aguacero que nadie aguantaría, fue ahí donde observé detenidamente a los animales; no se imaginan lo que sentí al verle sus ojos llenos de tristeza, vacios, algo horrible. Me pregunte: ¿cómo los tratarán dentro del circo? Mientras camino por el lugar donde dan su espectáculo, los volví a ver, encadenados, en condiciones pavorosas, sus ojos brillantes a punto de soltar una lagrima, llenos de tristeza… sentí lo mismo. Me conmovieron tanto esos elefantes que empecé a buscar en internet videos, organizaciones y páginas que estaban en contra de estos actos llamados “espectáculos”, también vi como los maltrataban, los golpeaban ¿Cómo creen que logran que un elefante se pare en dos patas o un tigre brinque por un aro de fuego? la respuesta es sencilla: golpeándolos, dejándolos sin comer hasta que aprendan ¿y todo para qué? Para que la gente diga: “que bonito” y paguen una pequeña cuota que alimenta a los verdugos que maltratan a los animales, una pequeña cuota que hace que estas cárceles móviles crezcan y las llamo cárceles porque eso es lo que son, cárceles donde encierran a animales inocentes para toda su vida, privándolos de su hábitat y de su manada, obligándolos a hacer cosas que no quieren, y todo solamente por ser llamados, de alguna manera, “animales exóticos”, si ellos fueran humanos, esto podría ser llamado fascismo. ¿Qué sentirían estos verdugos si los animales fueran los que los trataran así? no les gustaría, obviamente a nadie le gusta que lo humillen haciendo cosas que no quiere hacer. Los animales también son seres vivos que sienten dolor, no son objetos materiales ni robots. Encontré muchas paginas en internet y muchos videos sobre el maltrato de los animales, pero pocas organizaciones, entre ellas la más conocida llamada PETA, sin embargo pienso que esas organizaciones no van ha hacer que esto acabe, para que esto termine, la gente tiene que abrir los ojos y ver lo que sucede dentro del circo, y no sólo burlarse de los animales por cualquier payasada que hagan o seguir diciendo “que bonito se ve” ¡no! si estas leyendo esto te invito a que empieces por ti mismo, al no asistir a estos eventos y a educar a los niños para que entiendan la magnitud de este problema, ayudar a abrirles los ojos, hacerles ver que los circos donde manejan animales suelen ser muy crueles. No lo hagas por mí, no lo hagas por ti, hazlo por los animales maltratados ¡no vayas a los circos!


Organizaciones en pro y defensa de los animales:

www.petaenespañol.com

www.animanaturalis.org

www.aipamundial.org

www.animalistas.com

Conversación de un amor falso

Por: Yavhé Pérez Lara y Alejandro García

Te vi pasar con tu mirada penetrando en mi corazón...
Después de aquél primer día, te clavaste en mi razón.
Tanto lo hiciste que la alejaste de mi vida, ahora sólo soy tu sombra cada día…
Sombra que te cuida de una forma sutil, tarde, noche, día... Soberana princesa yo te seguiría.
Y en tus tardes tristes estaría a tu lado, en la noche oscura contemplaría contigo la luna.
Y con el reflejo de esta en tus ojos, danzaría contigo al son de tu voz, esa melodía me inspira quererte, quererte a mi lado y darte mi amor…
Cuando en el silencio estemos, te daré mi mano y así caminaremos... Solos los dos, con la serena calma de dos personas que se aman.
Junto a ti mi vida se transforma en cielo, tú eres la estrella que domina aquí, ese brillo tuyo me lleva tan lejos… lejos de mi alma y tan cerca de ti.
El calor de tu cuerpo y tu respiración apacible, me llenará de ti, me dirá lo que en realidad sientes, me dirá quién eres... Sabré que eres parte de mí.
Al ser parte de mi... ¿En qué me convierto yo? Respóndeme con un beso, si estoy yo en tu corazón…

Parte I

Lecturas para niños a la media noche

Mēxihcah

Por: Luis Fernándo Martínez Padrón

Día frío con la intersección de una carcajada matutina que pavonea la serpiente emplumada y colorea reales ahuehuetes de linaje superior consternándose al lagrimeo intelectual olvidado en el puente que conduce a Tlaxcala.

Mobiliario despectivo inducido por profecías inciertas veneradas en amarillo y sedientas de posesión territorial, nublando la extensión singular de la razón. Conjeturas en bergantines fermentados de insuficiencia espiritual y vociferando la lengua madre en castellano.
Deslumbramiento a la puerta de la gran ciudad y redoblando el cruce del Iztaccihuatl y Popocatepetl, empero buscabas la dignificación de una barra de metal que deshaga tu sentimiento de inferioridad con la raza negligente del rio Sena.
Entretanto la bestialidad de la fornicación a una cultura superior pasó obtusa sobre su sien y vociferaron a cuenta gotas la negligente complexión del mostro enclavado en la cruz con la damisela inexplorada, que engañaban espejeando la viruela.
Coatlicue, Coatlicue madre, tu altar desterrado y violentado por una María que figura en la antesala de un incierto futuro, sonidos lúgubres en el viento que provocan una cámara de caos incesante y violento; siendo la construcción de tu infortunio ¿Era para ellos el fin de los tiempos? Hombres incultos que saquearon nuestro amor.
Aguas muertas en el Este y que inundaron con sus sucias formas la alargada lista de confederaciones reinantes, muebles de piedra que inmovilizan nuestra flagelación en tiempos remotos que beneficiaban el nuevo rumbo de la directriz.
Aún si aquella piedra levantara el vuelo como el águila, y descifrara nuestro rumbo en confecciones aprobadas por el consejo, volverá la energía vitalicia de asentarnos en el Toltecayotl y disfrutar las tribulaciones del pulque en la noche sedentaria a orillas del Calmecac.
Recordar y alabar nuestra tierra, conocerla y elevarla a un firmamento ancestral de nuestros creadores, sin voluntarias pesquisas de tormento infundado; aprovechar los misticismos heredados (aunque pocos), son la manera de vociferar a los cuatro cardinales que seguimos conquistando la formación del tesoro que aun se encuentra en nosotros.

Sin título

Por: Francisco Jesahe Sarabia Morales

El movimiento brusco me despierta, todo a mi alrededor está en tinieblas, percibo cerca de mí a muchos más, sólo eso, porque no puedo verlos. Una sacudida repentina y acelerada me hace precipitarme, me volcó sobre los otros. El lugar en el que estamos se mueve con estrépito. Luego, todo queda quieto, el movimiento ha cedido, aunque sigo sin poder distinguir nada.

De repente, el lugar se abre en dos y sin que pueda agarrarme de algo caigo de gran altura, mi cuerpo choca contra el piso de madera; no me hago daño, es más ni siquiera siento el golpe. A mis oídos llegan los golpes de mis compañeros cayendo sobre la gran mesa, algunos gimen al impactarse, otros ruedan por la mesa y caen aún más. La luz cega mis ojos, poco a poco se acostumbran a la iluminación, estoy inclinado y en medio de un montón de trebejos blancos y negros. Ahora recuerdo todo, ¿cómo puede ser que cada vez que nos encierran en el estuche olvide qué soy? Veo a mis compañeros regados por la mesa, hace mucho que no nos sacaban, no recuerdo ni siquiera cuando fue la última vez que habíamos salido a pelear entre nosotros, sin embargo ¿qué hacemos afuera?

— ¡Qué bien que conseguiste algunas piezas! —oí decir a un chico.

— Sí, ahora podremos jugar. —volví a escuchar, pero ésta vez reconocí la voz de Matías. Sacaré el tablero.

Trato de ver a mi contorno, la gran mesa se extiende hacia los lados, veo a mis amigos. Logro vislumbrar a Matías regresar con un cuadro de madera en las manos.

— ¡Saca las otras piezas Jesús! —dice al llegar.

Dirijo mi mirada hacia el otro niño, pero sólo logro ver el rostro dubitativo de Bauer. Enseguida unos ruidos de cristal golpeándose llegan hasta mí, mientras unos dedos me toman entre sí y me colocan sobre un escaque negro. Distingo a mis oponentes, los dieciséis, majestuosos, completamente soberbios frente a mí y mis compañeros. En ese momento me doy cuenta de que nuestro ejército está incompleto: hacen falta soldados, una gran muralla de roca y la imponente dama que siempre me hacía compañía. Me da vergüenza admitirlo, pero tener a Regina a mi lado siempre me hizo sentir seguridad, porque ella era la más poderosa, la única reina del tablero. Muchas veces me pregunté por qué Matías la protegía tanto, por qué temía perderla y la cuidaba creyéndola inofensiva, cuando en realidad era ella quien encabezaba la ofensiva. Pero como en la vida, todo es problema en el ajedrez, a partir del inicio hasta el jaque mate.

Desde el tablero, ya apreciaba todo, a Matías, a Jesús, su amigo y oponente, el estuche, a todos los trebejos, poniendo especial atención a los blancos. Sin reina que obstruyera el paso, observé a Bobby, la sabiduría presente, tal vez considerado la pieza menos útil, pero por quién pelamos para ganar este juego; a Howard, la nobleza e inteligencia de la flexibilidad animal, el único capaz de pasar por encima de nosotros, un fiel caballero que constituye el arma secreta del ajedrez; a Roc, fortaleza a mi lado; y frente a todos nosotros Bauer, Silas, Pesec y Cirros, los soldados, los héroes y tristemente el sacrificio para la cohesión del reino. Es cierto, no estamos completos, pero creo que de eso ya se preocupa nuestro jefe. En sus manos observa maravillado unas nuevas piezas de vidrio que poco a poco coloca en los espacios disponibles, a mi lado se posa una nueva reina, Alferza, según me ha dicho, y al lado de Goniec, el otro alfil, ha llegado una nueva torre. La observo embelesado, jamás había visto pieza igual, el vidrio que la compone la hace resaltar de todas las demás, sus curvas brillan frente a mí y la decisión en su mirada me deja anonadado. Es toda una luchadora, lo dicen sus ojos, no está dispuesta a perder.

No puedo alejar mi vista de ella, estoy deslumbrado, tanto, que ni siquiera me percato que el juego ha iniciado y Silas se adelanta dos casillas. Dejo de verla y trato de concentrarme en el juego, todos esperamos expectantes el movimiento del adversario. Silas se ve amenazado pero no se intimida, siempre tan valiente al igual que todos los peones, sin poder retroceder al menor indicio de temor. El juego avanza rápidamente y la destreza de Matías se sitúa muy por arriba de la de Jesús, quien ha tenido bajas numéricas. Alferza hace muestra de su prodigiosa habilidad para mandar sobre el tablero y a su paso va arrasando con los trebejos negros.

No puedo concentrarme del todo, desde que iniciamos no me he movido de mi sitio, quiero hablar con aquella torre, saber su nombre, impresionarla con mis jugadas; pero sigue tan distante de mí, al otro lado del tablero. Quisiera que se acercara más. Matías parece adivinar mis pensamientos, ya que con voz calmada y pausada anuncia un enroque. Bobby se aleja cuatro escaques y la fortaleza deslumbrante se acerca a mí. Voltea su rostro hacia mí y me sonríe, despega sus labios y la oigo decir con una dulce voz:

— Hola, mi nombre es Toly

— Que lindo nombre —contesto tartamudeando. —Yo soy Laufer.

—Mucho gusto, Laufer—contesta girando hacia al frente, no podemos darnos el lujo de distraernos.

Mi corazón late fuertemente, bueno, latería si lo tuviera. Al tenerla cerca de mí, me siento invencible, me desplazo diagonalmente, atravesando todo el tablero, aprovechando el descuido del caballo que ha dejado indefensa a su compañera, la torre oscura. He logrado vencerla, pero ahora estoy en territorio enemigo, muy desprotegido, espero que mi valentía no haya sido una estupidez. Trato de salir pero el paso ha sido bloqueado, Alferza lo nota y hace lo posible por ayudarme a salir.

El juego entra en suspenso, cuando ella misma se ve amenazada, todas las piezas tratan de agilizarse para no perder nuestra reina. Toly tiene que dejar de custodiar al rey para ayudarla, se sitúa al lado de Howard y lo respalda en sus movimientos, parece que hacen un dúo increíble. El sudor corre por la cara de Matías al creer en aprietos a su pieza favorita, es un gran jugador y él sabrá salvarla. Pero no cuenta con la jugada maestra de Jesús, quien mueve el caballo haciendo peligrar a la reina y a mí al mismo tiempo. El siguiente movimiento es inminente, es mejor perder un alfil a perder la reina, me siento devastado por tener que salir tan aprisa del juego, más aún porque fui quien empeoró todo. Alferza se desplaza lejos del alcance del caballo, así que éste no tiene otra opción, me traslada fuera del tablero y ocupa el escaque en el que yo estaba.

Observo impotente a mis compañeros, quienes siguen en batalla, no les he ayudado en nada, pero eso no es lo que me deprime, sino que ya no podré estar junto de Toly, ayudarnos mutuamente a ganar. Pero el juego debe continuar y Matías con renovado ímpetu logra dar una baja impresionante al ejército contendiente. Alferza logra poner en jaque varias veces al rey; y los peones, apoyando su pequeño avance con bien distribuidas fuerzas, tratan de llegar a los últimos cuarteles. Nadie advierte su paso, los subestiman, porque su caminar es lento, pero constante.

Mis ojos se sorprenden cuando Bauer se aproxima a los escaques finales del tablero, sin que la hueste enemiga pueda hacer algo. Parece que el juego está en su etapa final, cuando regreso al tablero. Son pocos los trebejos que hay ya en el juego, yo diría que menos de la mitad, pero todo puede cambiar, cualquier jugada puede constituir el triunfo o el camino al fracaso.

Admiro de nuevo a mi torre, está muy cerca de Howard, siempre respaldando sus jugadas, viéndolo con admiración. No puede ser posible, tal vez lo prefiere a él porque ha sido constante, prudente en su proceder y no como yo. De nuevo, no puedo concentrarme, cómo puede preferirlo, ella y yo juntos somos invencibles, ella y yo juntos somos la reina, inclusive nuestros valores son más que los de Alferza juntos. En cambio, prefiere al caballero, al mal muchacho, al arma secreta del ajedrez, capaz de pasar por encima de todos. No dejo de observarla, sólo cuando Bobby, nuestro rey, es puesto en jaque y Alferza tiene que sacrificarse es cuando mis ojos regresan al tablero, hemos perdido a nuestra mejor guerrera, es un golpe duro para nuestra armada. Tenemos que ganar a como dé lugar.

Aquella torre, causa de mi desdicha, logra quitar del juego a otros soldados del campo de batalla, siempre en compañía de Howard. Ambos logran acorralar al rey negro en una esquina, puedo ver mi triunfo en la siguiente jugada, amargamente, mientras los veo a ellos dos juntos y todas las piezas blancas me observan sonriendo, me deslizo por el tablero para darle jaque al rey. Me detento y escucho la voz de Matías decir con una gran satisfacción:

— ¡Jaque Mate!