miércoles, 17 de febrero de 2010

Versión imprimible, Calmecac número 18, mes de Febrero de 2010

Muchas gracias a las personas que hacen posible que este proyecto perdure. El archivo viene en formato PDF así es que necesitas un programa para poder abrirlo, si no tienes alguno puedes bajar gratuitamente el Adobe Reader en www.adobe.com o bien buscar otro. Te recomendamos primero bajar las instrucciones de impresión y armado, si tienes alguna duda, contáctate con nosotros a revista.calmecac@gmail.com


Instrucciones de Impresión y armado
http://www.mediafire.com/?j4t1g1mgymd

Revista imprimible Calmecac número 18, mes de Febrero de 2010
http://www.mediafire.com/?c60y643b1obo1h9

Contribuyetes editoriales: Alejandro García Miranda, Joel Eduardo Rico Vallejo
Dirección y diseño: Joel Eduardo Rico Vallejo
Portada: Aranzazu Llano A.
Escritores: Jesús Brilanti T., Yavhé Pérez Lara (Salmanca, Gto.), Héctor Hernández Alfaro, Mauricio Ramírez Maldonado, Francisco Jesahé Sarabia Morales (Xalapa, Ver.), Alejandro García Miranda (Salamanca, Gto.), América Segura (León, Gto.), T. Gualterio (León, Gto.), Marco Antonio Rizo, Ismael Chacón.

Editorial

El amor está ausente durante todo el año, pero en este mes se hace presente y se percibe como una taza caliente con cafeína, como el humo de la nicotina, tal vez en forma de mercadotecnia mezquina; ¿Amor para qué?, si lo que busco está esperando al mejor postor en aquella esquina.

¿Qué hago? Si para regalos no me alcanza, ¿acaso en mí no tengo confianza? O ¿Cómo es que llegué a esta danza de alabanza? No perdí la esperanza.

Flores y regalos; olores y corazones llenos de emociones; serenatas, mariachis y nada de cepoaxochitl; nada de raíz, como el el hachiz, el quetzal, el colibrí y el maíz.

De rojo se pintan las calles de mi ciudad, de plásticos contaminantes, es la verdad ¿Qué le pasa a la gente?, todo lo que gasta sin ser consiente, que no sabe hacer regalos creados por su mente. Su imaginación no sabe volar, sólo compra lo que más le va costar, pues mientras más caro sea su regalo, más amor estará esperando.

Yo tampoco tengo dinero, mucho menos sé pintar; tampoco un corazón sé delinear, mucho menos dibujar. Pero un par de líneas en esta editorial, amigo lector, eso si te lo puedo regalar.

Un cadáver silente para una mirada que se olvida

Por: Jesús Brilanti T.

La respuesta ya la sabía; aquella mirada me dejó más clavos adentro de mi pecho que mi misma certeza sobre lo ocurrido.

No mentí, creí otra vez, y una vez más aquí estoy, con un enorme hueco entre alma y piel. Me abrazaste-me dolió-me asesinaste.

Desnudo yo, desnuda tú, pero, ¿de qué sirvió? ¿Para marcar una llaga más en la superficie de mi mal sabor?

Es sólo que esta ocasión me he cansado de llorar, de gritar, de maldecir, de sufrir a pesar de que poseo una decena de orificios en mi tórax por donde entraron tus manos cogiendo todos y cada uno de mis respiros plagados de suspiros añejos y oxidados; ahí perduraron tus manos algún tiempo y, cuando las extrajiste en tus uñas llevabas mis venas, mi oxígeno y mi última esperanza.

Me diste vida, después me la arrebataste, lograste dormirme entre tus brazos y por la madrugada, muy silente te marchaste; pero segundos después desperté sólo, con frío, cólera y hambre. Apagaste mi sed con tus palabras, después callaste y el desierto se infiltró por encima y debajo de mi lengua.

Ahora tengo que partir, ya no pienso esperar algo que está muerto, que ya no anda, no respira, y aunque más gélido y sin vida estoy yo, aún guardo un poco de fe para mis letras, mi poesía.

Aquella mirada tan firme, me hace dudar, de cualquier manera he decidido cargar con la duda en mi maletín eterno del olvido. Soy un cadáver silente al cual la quietud devora y pretendo adherirme al moho de los muros para resguardarme dormido en el olvido.

Por: Joel Eduardo Rico Vallejo

Mis labios se secaron sin los tuyos, mis ojos se olvidaron del amarillo rojizo del horizonte, mis tibias manos con ese sudor constante. Ya casi olvido tu cara, esa silueta tuya hasta me parece rara. Los suspiros son cada vez más largos y solitarios, mi corazón se detiene ya no siendo tan necesario.

De repente llegas tan campante, con tus pinturas bajo el brazo y tus maletas aparte. Tan coqueta, tan linda, tan brillante; me dices todo sin decir nada, tan sínica enamorada; tan alegre y mal peinada… lo solucionas todo con una sola mirada.

Después de la atracción desesperante y constante me besaste, me abrazaste, me callaste, nueve días se convirtieron en un solo instante… y pensando que en un instante el mundo se puede derrumbar, este instante ya se tardó en llegar.

Un instante dura más que un simple suspiro, y mientras este suspiro se alarga al pensar en ti, una docena de ‘te amo’ pasan por mi mente, porque sé que al pronunciarlo, un par de instantes ya se han esfumado.

Tonta, ¿por qué tardaste tanto en llegar?

Piel con piel

Por: Yavhé Pérez Lara

Piel con piel juegan dos cuerpos, ambos dispuestos a todo dar;
vidas distintas; mundos opuestos, rayos de luz y oscuridad.
Raro y absurdo es el sentimiento por el que ellos se dejan llevar,
creen que es amor, y es sólo deseo lo que con caricias quieren disfrazar.
Palabras dulces, falsas miradas; muy fuertemente vienen y van,
con intención de atrapar al otro y de perderlo en lo irreal.
Danza en el viento una razón, la que debiera siempre guiar;
paran sus latidos, se detiene el viento; y junto al amor se dejan llevar.
Raro fue el principio, no hay un el final... y el hoy en ahora se convertirá.
Ya no hay un hubo, no existe un habrá; pero siempre juntos comparten un Hay.

A metro y medio del asfalto

Dígame usted señor cura


Por: Héctor Hernández Alfaro


-Tomemos las antorchas, dibujemos la moral tal y como la imaginemos. Sentenciemos a todos y cada uno de aquellos que ose atentar contra nuestras sagradas instituciones, tomemos el control. Destruyamos aquel sueño infantil de tener un estado laico, regresemos a la hegemonía religiosa, done, todas las decisiones las tomaba aquel honorable párroco de pueblo. Cómo piden separarse de nosotros, si uno de los nuestros les otorgó la independencia, el cual por cierto “no fue excomulgado”.-

–Necesito que usted me diga la diferencia entre el bien y el mal, mande a uno de sus emisarios con todas las respuestas que requiero. – ¿por quién debo de votar, cuál es la religión verdadera, los homosexuales son pecadores, deberían ser tratados igual?, aun mejor, ¡debemos permitirles que se casen!, no por la iglesia por supuesto, ni que estuviéramos locos, sino por el civil; pueden adoptar, el niño adoptado tendrá una vida moralmente digna o acaso tenemos que incomodar también a ese inocente, preguntándole si sabe cuál de sus dos padres adoptivos es su madre y cuál su padre, ¿quien crea los prejuicios? No serán a caso creados por ustedes, en pro de una vida perfecta, libre de pecados. ¡Los cuales inexistentes hasta darles un nombre!, corrijo, no solo ustedes, también nuestra incapacidad social de lograr vivir sin un dogma que nos guíe por la senda correcta–

¿Qué esta bien?, ¿qué esta mal? “DIGAME USTED SEÑOR CURA”