miércoles, 17 de febrero de 2010

Por: Joel Eduardo Rico Vallejo

- Apá'… ¿Qué son los reyes magos?
- ¿Los reyes magos?... ¿Dónde escuchaste eso?
- Unos niños en la fábrica me preguntaron que si le iba pedir algo a los reyes magos.
La cubeta con fresas que el padre acababa de piscar, parecía hacerse más pesada. La bajó y la posó junto a sus pies sobre la tierra caliente por el sol de medio día. Se quitó el sombrero, aprovechó para descansar y mientras suspiraba profundamente se secó el sudor con un viejo pañuelo que su esposa le había regalado por su cumpleaños.
Joaquincito, el mayor de de dos hermanos, observaba a su padre sin recibir una respuesta…
- Los reyes magos mijo', pos' son unos señores que le traen regalos a… a… ¡a los niños de la ciudad!
Desde que su esposa murió de una infección estomacal, ya que el centro de salud más cercano está a dos horas de camino, a Joaquín padre le fue muy difícil criar y educar a sus hijos, pues sólo se dedicaba a trabajar.
- Y ¿Por qué sólo a los niños de la ciudad?
- Pos' ¿Qué no ves cómo están los caminos? ¿Tú crees que van a llegar hasta acá? ¡Y órale!, regrésese a trabajar y ya no ande diciendo tanta pendejada.
***
- ¡Apá, apá!, ¡mire, mire! Llegaron los reyes magos al jacal. ¡Mire!, me dejaron un martillo y un/
- Se llama hoz mijo'
Herramientas que el padre había llevado la noche anterior, pues una empresa nacional, tratadora de alimentos, llegó al poblado más grande de la zona, que está a cinco kilómetros de su casa. Al momento de contratar a las personas, les daban sus herramientas de trabajo.
- ¿Y Pa' que sirven apá?
- Pa' tirar los muros que nos impiden el paso y pa' cortar la hierba que no nos deja ver el camino, mijo'.

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