Dígame usted señor cura
Por: Héctor Hernández Alfaro
-Tomemos las antorchas, dibujemos la moral tal y como la imaginemos. Sentenciemos a todos y cada uno de aquellos que ose atentar contra nuestras sagradas instituciones, tomemos el control. Destruyamos aquel sueño infantil de tener un estado laico, regresemos a la hegemonía religiosa, done, todas las decisiones las tomaba aquel honorable párroco de pueblo. Cómo piden separarse de nosotros, si uno de los nuestros les otorgó la independencia, el cual por cierto “no fue excomulgado”.-
–Necesito que usted me diga la diferencia entre el bien y el mal, mande a uno de sus emisarios con todas las respuestas que requiero. – ¿por quién debo de votar, cuál es la religión verdadera, los homosexuales son pecadores, deberían ser tratados igual?, aun mejor, ¡debemos permitirles que se casen!, no por la iglesia por supuesto, ni que estuviéramos locos, sino por el civil; pueden adoptar, el niño adoptado tendrá una vida moralmente digna o acaso tenemos que incomodar también a ese inocente, preguntándole si sabe cuál de sus dos padres adoptivos es su madre y cuál su padre, ¿quien crea los prejuicios? No serán a caso creados por ustedes, en pro de una vida perfecta, libre de pecados. ¡Los cuales inexistentes hasta darles un nombre!, corrijo, no solo ustedes, también nuestra incapacidad social de lograr vivir sin un dogma que nos guíe por la senda correcta–
¿Qué esta bien?, ¿qué esta mal? “DIGAME USTED SEÑOR CURA”
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