Por: Mauricio Ramírez Maldonado
Ebrio de tristeza me encuentro, fortuita necrópolis, bendito sufrimiento, irascible e iridiscente, se nubla el sol de una colosal humanidad resplandeciente, Herodes inocente, imploro continuar con el legado, hoy extinto, aletargado, luz de luna, adoración ninguna, reflejo solitario de un imperio consternado, incapaz, soez e inadecuado, el aplauso de occidente mata, entre las palmas del estrepitoso rugir corren hilos de sangre escarlata, furibunda oleada de una masa que reclama nada, que se duerme en una insulsa marejada, de responsos, leyes y moral desorejada, cabizbajo, erizo, desnutrida sensibilidad sin resquicio, no hay escapatoria, dios henchido en la desvergüenza se atraganta de infamia a cada hora, funesto, su elixir ha mutado, demonio almidonado, vado en el espacio, tiempo desahuciado, fractura inconsciente, de un terror ferviente, recio, fulgurante, sin cabida en un mundo de dolor constante, ¡maldita humanidad proscrita! Ante la ponzoña purulenta de mis letras, soy quien tu sentencia dicta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario