Una año más en la historia milenaria del Calmecac, un año más se nos ha otorgado para crear, vivir o morir en la explosión literaria de sus hojas, que estelarizan un sin fin de relatos coloreados y satisfacen el hambre cultural independiente con honor a nuestros Dioses ancestrales. Lejos de sacrificar nuestros corazones solidarios arrojándonos en cenotes pantanosos de ignorancia y hedor material, recibimos en nuestro ser un nuevo ciclo, inscrito en el calendario esculpido por las manos del conocimiento de nuestros antepasados.
El destino de nuestra obra se satisface en el presente concreto guiado en la esperanza de nuestros chamanes expresivos, concebimos paso a paso el camino relativo a la experiencia y la armonía satisfactoria de comunicar, amar y transformar. Donamos nuestros sentidos perceptivos a favor de sobrevivir una vez más, en el año representativo de evolucionar.
Renovemos pues el espíritu de reanimación en la lucha, estructuremos nuestra conciencia y purifiquemos los sentidos para recibir con ánimo un año más, ciclo simbólico en nuestra vida publicada en metáforas y ensayos de libertad, sostenida en la cosmovisión satisfecha de nuestros queridos lectores.
El destino de nuestra obra se satisface en el presente concreto guiado en la esperanza de nuestros chamanes expresivos, concebimos paso a paso el camino relativo a la experiencia y la armonía satisfactoria de comunicar, amar y transformar. Donamos nuestros sentidos perceptivos a favor de sobrevivir una vez más, en el año representativo de evolucionar.
Renovemos pues el espíritu de reanimación en la lucha, estructuremos nuestra conciencia y purifiquemos los sentidos para recibir con ánimo un año más, ciclo simbólico en nuestra vida publicada en metáforas y ensayos de libertad, sostenida en la cosmovisión satisfecha de nuestros queridos lectores.
José Alfredo Cabrera Morales
Editorial
Que venga lo que venga y al que no le guste, que de leer esto se abstenga.
Que pase lo que tenga que pasar, al cabo ya nadie nos puede parar.
Que vengan esas letras, ese verso y ese albur, que si me quieres ver en silencio ve trayendo el ataúd.
Dime si no has estado contento, cuando de Alejandro lees un cuento; y si no te hace feliz, cuando el sarcasmo de Luis Fernándo te hace reir.
No dudes que de explendor te he visto tu gesto, cuando Brilanti te narra un cuento; o tus ganas de armar una revolución, cuando Juan Manuel te dice las cosas como son.
¿Y qué me dices?, cuando desde tu lugar viajas por el universo, José Alfredo no pretende ganarte con sólo versos. La mirada sarcástica de Hector, el poder de Yanine; para palabras desgarradoras Yavhé y Lila se pintan solas. Si eres, como yo, de los que les gusta volar y ponerle otro nombre al mar, con Adrián debes hablar; o si prefieres darle algo de elegancia a tu voz, el indicado es el amigo Garrigóz.
Todo esto y más ahora podrás encontrar, un toque de magia y libertad, en esta nuestra frustrada realidad.
Que pase lo que tenga que pasar, al cabo ya nadie nos puede parar.
Que vengan esas letras, ese verso y ese albur, que si me quieres ver en silencio ve trayendo el ataúd.
Dime si no has estado contento, cuando de Alejandro lees un cuento; y si no te hace feliz, cuando el sarcasmo de Luis Fernándo te hace reir.
No dudes que de explendor te he visto tu gesto, cuando Brilanti te narra un cuento; o tus ganas de armar una revolución, cuando Juan Manuel te dice las cosas como son.
¿Y qué me dices?, cuando desde tu lugar viajas por el universo, José Alfredo no pretende ganarte con sólo versos. La mirada sarcástica de Hector, el poder de Yanine; para palabras desgarradoras Yavhé y Lila se pintan solas. Si eres, como yo, de los que les gusta volar y ponerle otro nombre al mar, con Adrián debes hablar; o si prefieres darle algo de elegancia a tu voz, el indicado es el amigo Garrigóz.
Todo esto y más ahora podrás encontrar, un toque de magia y libertad, en esta nuestra frustrada realidad.
Joel Eduardo Rico Vallejo
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