Por: Alf
Ya no me digas nada más, no quieras venir a herirme con el frío de tus andanzas, no me busques por ahora. Y es que te he sentido tan secretamente en mi mente en los últimos días de mi vano deseo de felicidad.
¡Aléjate! No, no puedo alejarte ya que al momento de nacer me acompañas desde ese día, y cuentas conmigo los años, días, horas, minutos y hasta los segundos para que pase a ser uno de los tuyos.
Humanidad bendita, con sus hermosos inventos vacíos, inventados por vacíos seres humanos que se destruyen mutuamente en cada palabra, y se arrepienten de cada acción, de cada pasado y de cada presente. ¡Bendita eres tú entre todas las soledades del mundo! ¡Bendita, bendita y bendito el beso eterno que provocarás en mí!
Eres lo único seguro de mi vida, eres un futuro cierto. Eres como el final del libro; así como la película más inolvidable acabará, tú serás el final de nuestro documental humano.
Tan pasiva. ¡Buitre infeliz!... O príncipe de un cuento de hadas, que nos despertará del sueño. Ciclo eterno o necesidad natural. Sin embargo, eres sólo tú. Siempre lo has sido. Pero tienes que aguantar los argumentos de los diferentes pensamientos humanos que te atacan y te adoran.
¿Por qué vienes hacia mí, si aún no te llamo? ¿Por qué me atraes tanto si no te conozco? ¿No puedes esperar 80 años más?
No hay comentarios:
Publicar un comentario