Freddy C. Morales.
Los extractos minimalistas de una vida acumulada, en la marcha de los espíritus espaciales, el sordo sonido de las grullas metálicas aparecen y desaparecen en las fluidas dimensiones quánticas de la existencia real.
Los cúmulos de polvo de estrellas esparcen las pequeñas melodías a los viajeros del espacio... Tantas experiencias, pueden guardarse en un frasco, dicen algunos Astronautas, pero yo digo que no servirán si no se plantan en las estrellas, y se dejan ser en las nebulosas.
Y mientras unos huyen de planeta en planeta, yo me busco un rinconcito en la nutrida experiencia radical de planetas rojos y amorosos. Si es que los mortales estamos condenados a no conocer el universo... Entonces seamos inmortales dentro de los besos y deseos.
Es posible desvanecerse un instante, para reconocer la eternidad en la lucha constante de las novas estelares experimentales. Y la perfección maravillosa de sentimientos raquíticos, a fin de cuentas se basa en la imperfección de los hombres, que no es mucho, ni es bastante... es suficiente para ser bellos, eternos... o simplemente vivir realizando y cumpliendo sueños.
Si no lograste ver una vez tus manos en las estrellas, simplemente vuelve a ver para asegurar una nueva existencia. Sepárate de las micro fibras triviales, para reconocer tu reflejo en las ondas estelares.
Si es posible salvar al mundo con códigos helénicos de satisfacción ideológicas por miles de años. Cruzar el universo se basa en formulas sencillas, complementadas a corazonadas y satisfechas en emociones.
Si los astrónomos tienen miedo de encontrar hoyos negros, entonces juguemos con los colores y corramos el riesgo. El cataclismo comienza si no se ha aprendido a formar las estrellas y destruir los asteroides. Si es posible comerse los bombones de Venus, caminemos un rato por los anillos de Saturno.
Creer es tener fe, si el viajero no reconoce su capacidad, se estancara en el camino de meteoritos irracionales, que tanto cuesta ser inmortales en nosotros mismos. Para amar hay que creer, para morir hay que creer, para vivir hay que creer...
Las despedidas suelen ser las misiones mas tristes de los viajeros lunares, y es que son tan amantes y sencillos, que las turbulencias tienen el objetivo de la espiritualidad masiva, para evolucionar en el cosmos.
Y por un largo instante no oigo las voces qué alimentaban mi ser, luego aparecen y están confusas, no responden, no me liberan o reviven, simplemente aun no hay nada en el curso que aun me alivie. Si he de ser destruido, estoy preparado para curar los propulsores y apoyar el destino, así lo he prometido. Si aun hay esperanza, el sabor de la acidez de mercurio, será aliviado, y el nuevo curso astronómico dará el fruto... evolución de sentimientos.. Dicen que el hay que darle el tiempo a las filtraciones de colores en la luz para volver a ver. Pero confieso que el tiempo se detiene en mi habitación de la curiosidad en ti.
Cuanto mas hay que esperar para satisfacer el ciclo que ha sido escrito en las estrellas. Y para existir, agrega las maravillas que los astrónomos olvidan... Amor.
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