Luís Fernando Martínez Padrón.
Hoy me he envuelto de amor, alegría y éxtasis; porque por primera vez en muchos años, volví a la religión en donde todo es concordia y armonía.
Entrando a la Iglesia me apresuré a buscar un lugar cercano para observar mejor la función, imploré perdón persignándome a una estatua que se desvestía al ritmo de la música, recolectando dinero en un cuarto privado. En seguida reconocí al líder que figuraba una túnica perforada de oro (que robaron a los mesoamericanos) y dirigiéndose a la multitud me habló acerca de la palabra del Cristo, fomentando una unión entre los prójimos; pero al voltear a ver al mártir muerto, me desilusioné de orar al que está en la cruz y divagué acerca de las hazañas en vida de este personaje, el cual sostuvo cuarenta días con sus noches formalidades con el Diablo.
El Padre Nuestro me trajo de vuelta a la realidad, así incrementé mi tontería al no saber lo que se estaba diciendo; pero alguien amablemente me dejó observar de su TVnotas las palabras que al unísono todos decían.
Después el líder cantó con los feligreses las suaves letras angelicales: Oh, say can you see by the dawn's early light, en cuanto venían a nosotros unos acreedores a levantar los impuestos que amablemente los parroquianos dimos.
En eso, vino la ceremonia de paz; empezamos a darnos la mano como buenos hermanos, yo sólo se la di al infanticida de mi izquierda y al narcotraficante de mi derecha, es que fueron las personas más razonables que encontré en ese lugar.
Finalmente el suspenso se apoderó de todos, era momento de comer y beber de la sangre del Cristo (la comunión pues), el líder apuro a levantar una Big Mac de la cual todos nos enriqueceríamos con el cuerpo, y la sangre fue embotellada en una Coca-Cola.
Al momento de recibir la comunión, mis vecinos oraron en silencio; yo veía que el líder se masturbaba mientras contemplaba a la esposa del director de jóvenes deportistas religiosos.
Al notar que las cosas iban mejorando, nos pusimos de pie y todos miraron el reloj (es que ya iba a empezar el partido de la selección) tornaron sus caras de desesperación; en eso el líder nos bendice y todo es terminado.
Salgo con la figura resplandeciente por mi nueva fe que ha resurgido a consecuencia de la maravilla religiosa que he encontrado, algunos hermanos me invitan a pláticas que se dan los Viernes y Sábados en la noche, en el antro de moda de la ciudad; además de certámenes deportivos como ¿Quién mata más herejes?, ¿Cómo robar sin ser excomulgado? Y cosas por el estilo.
Ya lejos del recinto eclesiástico me detuve y comprendí la alegría que sentí al estar en ese lugar, conviviendo con los elegidos del reino de Dios…
Policía: Oiga joven aquí nada mas hay esos tres colores en el semáforo avance por favor, ya está haciendo una filota de autos.
¡Ah caray!, mejor me doy prisa para llegar con los compas’ “al Gusano Rojo”, ya han de estar enojados; al final de cuentas mejor que me esperen, la noche es joven.
TE ENVIE UNA ILUSTRACION DE LA ZONA VIP A TU CORREO,MUY EGLESIASTICA ACORDE A TU ESCRITO.
ResponderEliminarES INTERESANTE QUE SE PUEDA DIFUNDIR OTRO TIPO DE OPINIONES SOBRE TODO EN ESA TIERRA SINARQUISTA O DE MARIANOS POR LOS COLORES DEL PARTIDO QUE GOBIERNA.