jueves, 29 de abril de 2010

Editorial

Para atrás solo para agarrar vuelo mi estimado y es que nunca me verás pedir fiado; la reversa a mí no me truena, si por ahí algo te suena, solo la uso para estacionarme y no pienso cansarme.

Aunque a veces me veas tambaleando y medio muerto, yo no soy como los cangrejos que vuelan de puerto en puerto, nomas’ soy como las gaviotas que caminan de lao’, eso sí, pero bien peinao’. Siempre como las olas, sin separarse de la orilla, así como yo de mis ideas rojillas; siempre como la mañana, nunca la pides porque sabes que el gallo la llama y siempre como la luna, que ilumina sin discriminación alguna.

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