domingo, 5 de diciembre de 2010

Arely Andrea Núñez Arriaga

Al verse en la soledad, perdida en un dolor profundo,

creyendo que dar lo mejor de la frágil rosa era una buena decisión,

al final, saber que todo esto era sólo un simple engaño,

que sólo le dejó una llaga en el corazón.

Llegaste tú, sin saber, creyendo en una verdad falsa,

pero desmoronando el dolor que causó aquella mano sin piedad.

Volviendo a embellecer a la nueva y ahora fuerte rosa,

dejando la enseñanza y el amor dentro de sí misma.

Dentro de ti la rosa es de nuevo la misma de antes,

pero con mejores atributos.

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