miércoles, 15 de abril de 2009

Letras caprichosas

Por: Freddy C. Morales

No comprendo los ruidos del trafico a las dos de la tarde, el interminable fastidio de la orquesta anti musical de los cláxones furiosos, mentando madres a cada prójimo sediento de cordura… el calor extremo de una ciudad estresada por banalidades compartidas en un absurdo show de sobrevivencia social.
Si en las avenidas marchitas, buscara la atención de los transeúntes con cantos y poemas, con gritos de libertad dirigidos a la luna, exigiendo que el alumbrado público se iluminara con estrellas… Entonces mi existencia, ante los ojos de las ciudades contaminadas de basura humana empeñada a respirar el smog de cada día… seria reducida a la de un enfermo incomprendido, loco mundano de placeres innecesarios, no derrotado, pero si juzgado ante avaricias de burocracias egoístas.
No comprendo el desgaste de una vida ahogada por cuentas e impuestos de servicios mal hechos, drogas infinitas de adquisiciones materiales, oxidadas sin valores de un génesis perceptivo… Aborrezco la pesadilla distorsionada del poder adquisitivo, economía transformada en una farsa involuntaria de compra y venta de almas aterradas al éxito de matices disfrazados, encerrados en escritorios y salvando su alma dando miserias a los desafortunados, tan grotesca, tan absurda, la coloreamos de realidades metafóricas y nos liberamos de toda culpa al llamarla limosna.
Se me dificulta entender la voz corrupta de animales inanimados, piezas inestables de un tablero maquiavélico sintetizado en hordas siniestras, devoradoras de engendros minimalistas en existencias puras, un sintético juego diabólico de política excitada… lo real se vuelve burdo al darle precio a la justicia, y el sordo cantar del pueblo se desmorona ante un progreso pintado de indiferencias sumergidas en depresiones colectivas.
Aún así los sueños de mi alma sobreviven a peatones caníbales de memorias rotas, entre sueños putrefactos a la conciencia conformista, el desgarrado sistema de una vida ya fingida se pone necia ante simples momentos que se transforman en grandes silencios de conocimientos estéticos.
Hay tanta pasión en las Lunas acabadas, los fragmentos de la catástrofe espacial, germinan sonrisas místicas en las orillas de orbitas lunares… los deseos derramados entre constelaciones perdidas, hablan del génesis inmaculado de vida interminable y surgimientos de galaxias vírgenes inexplorados por los viajeros espaciales. Y aun así no comprendemos lo pequeños que somos los mortales ante la expansión de un Universo interminable.
Somos inmortales ante la percepción de sentimientos voluntarios de sabiduría en vida finita, y la maravilla de corazones divinos en la expresión regenerativa evoluciona nuestro ser en la infinidad de posibles satisfacciones…
Si el valor de una vida, se reduce a su cartera, me rehúso a comprender el largo camino de una carrera desvalorada ante cátedras simplonas, solitarias de pasiones… me rehúso a valorar la mediocridad de autoridades ególatras de barbaridades y equivocaciones… si he comprendido el dolor de un pueblo herido ante la explotación de ignorancias inyectadas.
¡A la mierda! si he de sobrevivir de sus limosnas caritativas por ser un peatón de sueños fundados y poemas derivados, prefiero morir a existir de la física de un sistema egoísta y soportar los gritos de noticias tormentosas, decapitados, mutilados, mierda pública y podredumbre raquítica en acciones inestables de “cambio”.
No puedo vivir de la sociedad sucia a movimientos de satisfacciones corruptas, pero puedo comprender las indicaciones de un cambio puro y construir ideologías sencillas para ampliar el desafío de la libertad alternativa… amar la vida, esperanza en el desarrollo, educación de los sentidos para comprender la soledad, y compartir las partículas del progreso. No puedo vivir en las estrellas, pero comprendo lo que puedo aprender de ellas...
¿Inmortal? ¿Soñador? ¿Utopista? ¿Imbécil? ¿Manipulador? ¿Ridículo?... Sólo un peatón más, moribundo en la codicia, pero vivo en sus letras caprichosas…

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