Por: Yavhé Pérez Lara
Dos miradas se encontraron.
Fugazmente se evadieron,
no había mucho que decir
sólo ocultar sentimientos...
Una de ellas con dulzura,
la otra con un gran temor
de expresar lo que sentía,
de abrir su corazón...
Pero aquél miedo tan grande
poco a poco se esfumó
de esa mirada dulce,
el inmenso y tierno amor.
Una lágrima caía,
de aquella que no mostró
todo lo que aun sentía
cuando la otra dijo adios..
Sabiendo lo que perdía
estuvo decidido a actuar
era más lo que sentía
que lo que habría de pensar.
Tomándola entre sus brazos
aquella chica estrechó,
mirándola fijamente
a sus labios se dirigió...
Fue el momento más perfecto
en la vida de los dos.
Ni palabras, ni el destino...
Su mirada… los unió.
Fugazmente se evadieron,
no había mucho que decir
sólo ocultar sentimientos...
Una de ellas con dulzura,
la otra con un gran temor
de expresar lo que sentía,
de abrir su corazón...
Pero aquél miedo tan grande
poco a poco se esfumó
de esa mirada dulce,
el inmenso y tierno amor.
Una lágrima caía,
de aquella que no mostró
todo lo que aun sentía
cuando la otra dijo adios..
Sabiendo lo que perdía
estuvo decidido a actuar
era más lo que sentía
que lo que habría de pensar.
Tomándola entre sus brazos
aquella chica estrechó,
mirándola fijamente
a sus labios se dirigió...
Fue el momento más perfecto
en la vida de los dos.
Ni palabras, ni el destino...
Su mirada… los unió.
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