Joel Eduardo Rico Vallejo
Cuando salgas de tu casa, cuida bien qué camino tomas, no vaya ser que de repente vengas aquí; sal y recorre tus calles como siempre lo haces, ve a la tienda y pídele al tendero un remedio para los moscos que te acosan por las noches.
Cuando vayas sobre tus banquetas, te pido que te concentres en tu caminar, cuida bien tus pasos, no vaya ser que veas algo por ahí y te recuerde a mí, y cuando te des cuenta, tus pies ya te hayan traído a donde estoy yo.
Cuando salgas de tu casa, cuida que no te desvíes, anda al mercado y busca las mejores frutas para comer, las más tiernas y coloridas; cuando camines, enfócate y hazlo en línea recta y con la mirada baja, que tus pies no te lleven a mí.
Cuando salgas de tu casa, cuida que yo no te vaya a topar, cuida que yo no te vaya a mirar, no te arriesgues a que te encuentre por casualidad; por que juro que si vuelvo a mirar tus ojos de frente, no voy a tener más remedio que enamorarme de ti, y te juro, que jamás volverás a caminar sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario