lunes, 12 de julio de 2010

Ídolo en blanco y negro

J. Alfredo C. Morales.

Camino desnudo en tono blanco y negro… las escalas sigilosas de mis pies se clavan en el asfalto frio; desconocidos señalan mi paso, tal vez les preocupa que me resfrié, o que pesqué una de esas enfermedades de moralidad.

Veo mis manos para esforzarlas a tratar de capturar las burlas hacia mi cuerpo sin estética new age… lo único que alcanzo es la vergüenza de que me vistan con blasfemias y oraciones chapeadas en oro santidad.

Comparto la belleza de mi frágil cuerpo atormentado, cubierto por una delgada capa de cordura, huesos en piel y piel sin carne virgen; ¡disfrútame infierno en vida!, pecado pirata de la copia original quebrantada en el Edén, no niego el pecado de la carne satisfecha… si es que me niegan la entrada al paraíso, yo le gritaría al mismo Dios muerto, ¡que preferiría ganarme el infierno antes de hincarme a lo que aun no comprendo!… si es que la sabiduría tiene el precio del destierro, que venga a nosotros tu reino.

Oriundo de la porquería en masa, el que esté libre del mismo pecado de la liberación, que lance la primera piedra en negro, para purificarse en los golpes de pecho en el blanco…

¡Qué cobarde seria querer crucificarme entre el Blanco y Negro!

Un juego de sombras ambulantes deforma entre las calles la putrefacción emocional de mi cuerpo; reflejo de un ser raquítico abandonado por el incierto murmullo de la muerte.

En blanco y negro he definido mi vida… Es cierto que mi desnudes parece perfecta en el blanco… el tono negro aun es producto de mi duda; si bien las calles no tiene color, carezco entonces del sentido razonable en la escala de grises.

Dicen que los ídolos son reconocidos en un mundo desquiciado, erigen un mañana donde no distinguen su destino, maldición incipiente de su imagen de mártires en mercadotecnia; me asfixia el estrés de un futuro en negro y me oculto en la pureza del blanco; blanco y negro una batalla contrastante de equilibrio bipolar.

Todos reconocerán al hombre que se levantó y anduvo desnudo en las calles dentro del blanco y del negro. Deseo que mi consagración se traduzca en idiomas de erotismo… que las nenas enmudezcan y se lancen contra mi cuerpo idolatrado por la soledad… que mi fama se incremente por el mundo ¡me vale madre!... yo solo salí a caminar desnudo, y me atreví hacerlo en Blanco y Negro.

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