Ya es Agosto y el camino deja de ser angosto, todos a prisa pa’ celebrar, pero ¿a qué costo?; costo el del Parque Bicentenario, ojalá que dentro de un mes lo conviertan mínimo en un balneario.
Los convidados de Agosto dice Rosario, aunque a Balún Canán no le celebremos su aniversario; tampoco le hacemos un parque a Quito, pues a nadie le importa que en América fue el primer grito. Crees que en Hiroshima y Nagasaki estén brincando de alegría, cuando hace sesenta y cinco años dos estúpidas bombas terminaron con sus días.
¡No señor! Es como celebrarle a Hernán Cortés la conquista a Tenochtitlán, prefiero ir a la tumba de Zapata y llevarle un tulipán; ¿Qué diría Amado Nervo? En Agosto Adolfo nunca quiso criar cuervos, ahora ya no sabemos qué hacer con ellos; aunque el pasado, no deja de forjar momentos bellos.
Hay que ser conscientes y celebremos el presente, nada de ataduras, mucho menos envolturas; hay que buscar nuestra propia libertad y siempre hablar con la verdad, no debemos temerle a decir lo que pensamos y siempre saber por lo que peleamos; sin importar que con eso nos lleven a la horca: “En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”, dice el gran Federico García Lorca.
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