domingo, 6 de marzo de 2011

Trosca Trosca

Por: Gabrielle Vallejo Montaño


La canción se escucha a lo lejos en el bosque, el aquelarre está por comenzar, los murmullos cantan la alabanza a su sacristán…

“Trosca Trosca” suena la música, el fuego comienza a levantarse, las almas gritan frenéticamente y el festejo es la máscara perfecta para degustar carne humana, alma pura y sufrimiento negro…

“Trosca Trosca” un ritual algo infernal, no es más que la consecuencia del ser humano y su alma imperfecta llena de oscuridad.

El baile frenético incorpora a todo el presente, y su mente en blanco los permite abandonar el cuerpo putrefacto con el que han de andar; los ojos blancos, la cara sudorienta y las palmas temblorosas, se mantienen al ritmo de la “trosca trosca”. Hermanos, hemos de seguir vivos, hemos de ser la nueva sangre y por eso hay que purificar… no estos cuerpos vanos, no estas mentes podridas, sino este espíritu que aun se puede salvar… vamos pues todos a cambiar, mutemos a un nuevo ser, uno limpio que desea el bien, uno que no necesita cosas materiales, uno que sobrevive al lado de sus hermanos, uno que sabe qué es el amor incondicional…

“Trosca Trosca” el aquelarre está por terminar, la trasformación limpió el alma de estos seres putrefactos, a criaturas originales dignas de la tierra, de la naturaleza y del padre celestial…

“Trosca Trosca” es un ritual, un aquelarre para los cielos, una decisión de existir en realidad, de seres consientes, donde sólo se desea la fuerza universal, la paz y la hermandad... por qué llegar tan lejos y darnos cuenta que no hay vuelta atrás... mejor entremos al aquelarre donde todo comienza a girar.

“Trosca Trosca” cambiemos el mundo, cambiemos a esta humanidad, de podrida a bien vivida… hacia una nueva libertad, sin culturas, sin corrientes, sin religión y sin políticas, demos vueltas con la “Trosca Trosca” y dejemos todo para ser eternos…

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