sábado, 11 de septiembre de 2010

Angélica Olmedo Vidaurrazaga

Terminemos de hablar de todo y de nada, dejemos que las cadenas de la colonización se asomen, y festejamos, sí claro, el bicentenario. La gran fiesta, el gran festejo de estar hipotecados de una gran conquista en donde nuestra cultura murió ahogada por espejitos y nuestros penachos intercambiados por sueños e ilusiones. Festejemos el tiempo en que cruelmente fuimos mutilados y engañados, y nos han hecho creer que la señora independencia fue la victoria de nuestro pueblo, donde el señor Don Miguel Hidalgo es ahora nuestro héroe y mártir, dónde una vez más el pueblo fue utilizado y sobajado para los fines de otros, que no se sentían orgullosos de ser mexicanos, en su mayoría no lo eran, simplemente por que fueron amenazados con perder todos sus derechos, tan sólo por haber nacido en este sagrado suelo.

¡Pero festejemos!, claro, nuestro materialismo histórico, donde en vez de saludar a Quetzacoatl y saber hablar Nahuatl, nos esmeramos por saber hablar inglés, por aquello de la modernidad, ¡Ja!..... y aun así seguir gritando: "viva México", que sólo fue institucionalizada por un tal señor Díaz, que sólo quería más barulla en su cumpleaños. Y cómo olvidar a nuestra gente revolucionara, esos rostros sin nombre, esos niños, esas mujeres que dejaron el metate y empuñaron su ‘30-30’ y siguieron a su hombre, tras de su caballo. No olvidemos ese pueblo que cansado de trabajar sin salario y sin tierras propias, se levantaron en armas hartos de verse pobres al igual que su país; hartos de que el jabón de olor era un privilegio y ellos sólo jabón de lejía.

La revolución, llena de grandes personajes, contrastes y traiciones, claro ¡El poder corrompe como siempre!....., otra ilusión más al pueblo. ¡Y si tenemos que festejar!, claro. Y hemos vivido entre tanta cultura y raíces… nos avergonzamos de ello... y lo tiramos a la basura. De ser un pueblo rico, nos hemos quedado pobres, en ánimos de levantamiento, en falta de valor para hacer lo que un puño de hombres comenzaron hace cien años. Y como se dice en la jerga popular: "si Villa viera esto, se volvería a morir de la vergüenza", y después de esto, ¿qué más hay que festejar?..... ¿Y la guerra cristera? ¿Dónde y cuándo se celebrará? La separación del Estado con la Iglesia..... Rechazaba la Constitución, que según violaba sus derechos ¡Ja! Es imposible no ser sarcásticos.

No olvidemos a aquellos estudiantes, que hartos, igual por el recorte a la educación, se manifestaron con respeto y en silencio, los asesinan si piedad, masacrándolos.

Así es, festejemos a un pueblo consumido por la conformidad, un pueblo que cada vez que tiene el intento de levantarse, se cae o lo tumban... Festejemos y gritemos !viva México cabrones¡ Porque esto aun no acaba, que esta celebración sean un grito más de independencia y revolución, y nos aferremos a la lucha y nos unamos a la emancipación de los pueblos, que dejemos ser socialistas utópicos y demos una salida real a los problemas de la explotación a nuestro pueblo, y…

¡ Que viva México cabrones¡

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