sábado, 11 de septiembre de 2010

Cuentos para niños a la media noche

Luis Fernando Martínez Padrón

Servicio Solicitado

Hoy no he querido hablar de política, esa ciencia o arte (porque aun no nos ponemos de acuerdo) que nos engaña y nos complica la existencia con palabrerías que nos hacen creer en el cambio, de un sistema que nos aniquila… Sin embargo, prefiero constatar que me es imposible concentrarme en esta materia, y tendré que buscar en lo más profundo de mi ser, la capacidad de escritura que intento tener y el don de relacionar palabras para convertirlas en oración y estas a su vez, en un escrito.

Las personas por lo regular carecen de sinceridad; la doble moral, las mascaras que nos cubren, así como la indumentaria que utilizamos a falta de pelaje, nos absorbe y terminamos por volvernos uno mismo en la comunión de lo material con lo espiritual, por antemano, se deja vociferar a cuanto idiota tiene boca; aunque el cerebro sólo le sea un cheque posfechado.

Enciendo el televisor para atarugarme un rato y descubro que el bicentenario ya está a la vuelta de la esquina. Asqueada, mi polémica materia gris me pide un descanso, lee las notas interesantes del diario y contempla amorfo las vicisitudes de los decapitados, los muertos y la ruta al dos mil doce.

Pero ¿el México qué demuestra? Que los estudiosos tienen razón al contemplar el universo y conocer que su vida es estar en expansión para luego contraerse, o al revés, y así sucesivamente en los cambios mismos de la materia. Entonces, en este país debemos regresar y hacer las mismas barbaridades que ya hemos hecho, con una iglesia que intenta volver al oscurantismo de la edad media.

Camino de Guanajuato, que pasas por tanto pueblo (46 municipios para ser exactos, a ver, ¡Dímelos!)… letra única para el orgullo de un pueblo que mágicamente puso a nuestro humilde Estado en el contexto nacional gracias al máximo compositor José Alfredo Jiménez; pero ahora “vade retro Satanas”, no vengáis a conocer nuestros caminos, (solo tomamos precauciones por si acaso en algún momento pretenden los homosexuales, las lesbianas, sus hijos adoptados, las mujeres abortadoras y con tatuajes y piercings, visitarnos) pero todos las demás personas honrosas “católicos, apostólicos y romanos” serán tratados como la santa madre iglesia y diosito que esta en los cielos lo dictan, pero de ninguna otra secta por favor, se les recalca no visitarnos.

Mil ochocientos diez, qué bonito que aquí en esta tierra “haya o haiga” (como quiera decirlo) salido el grito de independencia, aunque la verdadera conspiración fue en Querétaro… y nuestro Guanajuato libertador de esos tiempos esté en nuestros días reprimiendo a todos los mexicanos que no concuerdan con sus ideas retrogradas.

¡Qué bonito es lo bonito! ¿A poco no? Y cuando uno pone su cerebro a trabajar, hasta da gusto, será lo único, porque de trabajos ni hablamos… entonces le digo a usted, no es tiempo ya de dejar de fustigarnos con eso de la conquista y de lo malos que eran los españoles (así como la carne de puerco, ummm… carne de puerco) y tratar de dejar atrás nuestros complejos de inferioridad y mostrar al mundo lo que verdaderamente poseemos (y que nos manden el verdadero penacho de Moctezuma que está en Viena) para que observen todos que nuestra raza debe evolucionar como todo en este universo.

Necesitamos pasar de una sociedad infantil, que con todos se lleva bien, (aunque en el fondo nos traten como basura) a nuestra actual forma como sociedad madura-juvenil (o al revés, no sé bien como ponerle, sí, es mi teoría), en la cual defendemos nuestros derechos ante todos sin importarnos si se ofenden con nuestras palabras (menos en Guanajuato donde el Mons. José Guadalupe Martín Rábago nos dice qué hacer y qué no, para estar bien con dios), entonces necesitamos actuar y si a los demás países no les gusta que nosotros crezcamos, pues ahí traigo un cuerno de chivo pa´quien le quiere entrar.

Bicentenario y septiembre siempre son de buenos adagios, nada más no consumas la “iniciativa México” de las televisoras, nuestra sociedad no se cambia con seis millones de pesos, porque eso lo caga Slim sin tener chorro. Nuestro verdadero deber es modificarnos y exigir nuestros derechos y cumplir con nuestras obligaciones sin intentar chingar al de a lado (Menos en Guanajuato donde nuestro Mons. José de Jesús Martínez Zepeda nos santifica con su sola presencia).

Por eso buscando, como buenos “mexicanos hasta los huevos”, la nueva sensación para vivir debe ser afrontar la realidad como viene y como es, que nos conquistaron, los españoles pues qué tiene de malo, pudieron haber sido los japoneses y la tendríamos más chiquita; que nuestra selección de fútbol perdió con Argentina, simple, son mejores jugadores, pero no representan al país, representan una federación (de capital privado, o sea, el dinero lo ponen unos pocos y ellos arriesgan y tienen que sacar su inversión y utilidades), entonces qué de verdad los mueve, ¡que bonitos billetitos verdes! (Menos Guanajuato que el diez por ciento de nuestro ingreso va para la santa madre iglesia como lo dice la biblia a “Oliva lo que es de Oliva y el dinero al clero”).

Por lo anterior, debemos de dejar de preocuparnos por caerle bien al mundo y empezar a pensar cómo sacamos este pinche (aunque me veten de nuevo del periódico universitario Voz Estudiantil) país que merece más de nosotros y no justificarnos con la cantaleta de que el gobierno no nos enseña, ¡agarra un puto libro huevón! (Menos en Guanajuato donde lo que dice el catecismo y el catequista, una ancianita o una quedada que ni siquiera piensa, nos dice).

Pero ante todo debemos dejar de lado nuestro estúpido nacionalismo y demostrar que podemos avanzar, dejar de creer que los conquistadores tienen la culpa de nuestros errores y continuar en un camino que emprenda visión y misión de ser un pueblo encabezado con la razón, en donde nuestros ciudadanos podamos vivir en paz y con la ideología que tengan; también los creyentes de un dios y que necesitan las iglesias, entonces todos juntos podremos proclamar que México se ha transformado. Y como estamos en el mes que empezó a fabricar la libertad en nuestro país, yo tengo que terminar dispensando a aquellos que se embarcaron de Cuba y vinieron a merodear nuestras costas, vamos a Tabasco, ya tenemos Cozumel (Menos en Guanajuato donde metemos a la cárcel a las mujeres que abortan, pinches viejas nada más deben servir para la reproducción).

Yo te perdono Cortés, porque nuestra causa sigue en pie, también a ti Alvarado; y a los grandes emisarios de dios, los perdono, porque de no haber sido por ustedes yo no tendría la felicidad de encontrarme con las deidades de nuestros ancestros y porque el Dios Tau nos ha llamado a encontrar el néctar en las entrañas del desierto; ¿Dónde te puedes permitir eso?

Yo te perdono, porque de no habernos encontrado podría ser que nos alienáramos a la vida desde tu perspectiva, entonces nuestro camino se iría alejando de nuestra tierra y qué bueno que llegaste, porque me hiciste comprender que lo que tú traías no es más que la epidemia que asola a la gente.

Te perdono Cortés, porque en la víspera, Moctezuma se espantó y Cuitlahuac enfermó y con Cuauhtémoc se dio la batalla, no lo logró, y si nos hubiéramos encontrado tú y yo, habríamos muerto los dos en combate; a lo mejor yo antes, pero tu fe ciega, abrió las puertas de mi creencia y dignificó mi raza Chichimeca.

Hoy no he querido hablar de política, porque si de verdad hablo los aniquilo con palabras (aquí deben ir risas), por mi parte los dejo con un cuarteto de una canción (un narcocorrido pues) que llega al alma; por si quieren la canta mucha gente, se llama “El Corrido de AltaVista” y dice así, échele compa: “Pero es la ley de la vida, siempre los de abajo pagan, porque existen los de arriba; que nunca les pasa nada, unos se juegan la vida y otros se gastan la lana”.

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