miércoles, 16 de septiembre de 2009

A metro y medio del asfalto

Realidad, una elaborada fantasía

Por: Héctor Hernández Alfaro

Me encuentro viendo cómo la vida pasa delante de mis ojos. Creyendo que todo lo que veo es real, no me dejo espacio para cuestionar si lo es. Momentos como este son tan comunes, durante mucho tiempo ni siquiera pude percatarme de su existencia. Inmerso en una realidad de la cual pocos logran escapar ¿Quiero escapar de ella? ¿Estoy realmente convencido de su veracidad? Quizá sólo me aferro a mantener lo conocido como si fuera real. Un miedo inherente se apodera de mi cabeza cuando pienso en esto.

¿Será real lo que considero real? Cuando esta duda llegó, muchas más le precedieron. Sería muy fácil para mí sólo aceptarlo, no cuestionarlo, apegarme a ello y adaptarme al resto de las personas, después de todo ¿Quién soy para decidir y separar lo real de lo irreal?

¿Los grandes pensadores aceptaron la realidad de sus respectivos contextos? Si lo hubieran hecho, seguiríamos creyendo que la tierra es el centro del universo.

Estoy en un punto en el que no quería llegar, no sé si voy o vengo, perdido en un mar de pensamientos, me alejo de la realidad, someto a juicio todo lo conocido y lo aún sin conocer ¿En dónde estoy? ¿Realmente existo? ¿Qué soy? ¿Por qué estoy aquí? Quisiera poder responder todo esto, pero cada vez que logro disipar una duda, diez toman su lugar y la confusión interna se hace más grande ¿Por qué no lo acepo y me evito problemas? Soy incapaz de sacar todas estas ideas de mi cabeza. No puedo apagar mi cerebro ¿Por qué no tenemos un botón de reinicio como las computadoras? Otra maldita pregunta.

He oído con anterioridad: “El cuerpo humano es una máquina”. Entonces, si así fuera, debemos tener un límite ¿Cuál es el límite de nuestra mente? ¿Podremos algún día responder todas las preguntas? O nos quedaremos pensando que ya las tenemos.

Sé que las respuestas están en algún lugar. Pero no soy capaz de encontrarlas; sin embargo no puedo dejar de buscarlas. Decía Aristóteles: “Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”.

Tal vez alguien ya las encontró antes q yo, pero no dio a conocer sus resultados. O las respuestas encontradas lo ha obligado a vivir en sí mismo, alejándolo con ello de todos nosotros. Es posible que al conocer todas las respuestas, no tenga interés en nada de lo que le rodea, perdió interés en lo material y en las relaciones humanas. Ha perdido lo más bello que tenemos: la capacidad de aprender.

Donde siempre, me duele la cabeza, estoy cansado y busqué la forma de hacerme creer que no es tan bueno conocer todas las respuestas, y después de todo ¿Quién soy para delimitar la delgada franja entre lo real y lo irreal? Después de todo ‘irreal’ sólo tiene dos letras más.

“La lógica no ha dado ningún paso hacia adelante desde Aristóteles”

1 comentario:

  1. mmm.. bastante interesante la reflexión... pero me quedó particularmente con esa de "cuál es el limite de nuestra mente"... creo que quedaría sobre el tintero discutir como una posibilidad pensar si es en el momento en que deseamos razonar frente a una mentalidad antagonista, u opuesta a nuestras concepciones, intereses o simplemente.. .con capacidades más limitadas a las propias. Gracias Hector... excelente reflexión!

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