martes, 1 de junio de 2010

Retrovisor

Ulises Regalado Ramírez

Tras telón vencido las luces se derriten infecciosas, caen rendidas al son de un aplauso que muere en vísceras de farsa y abandono. Crucificadas, sus medulas tiemblan lloronas, derramar la embolia en recovecos sufridos por caricias que arden. El espectro de una silueta retoña, asoma las sombras silenciosas mientras se acerca vigorosa, flagelando las súplicas que rechinan el andar remendado por el buen romance. Pesan los descalzos, vaciados de camino calientan el desamparo de una habitación sin partida. A contra esquina, la censura se viste de lentejuela rancia y desmenuza su pudor, masturba los puños que emparedados pintan gritos. ¡Padre nuestro de todos lo días! Demasiado tarde, ha entrado a escena, Fama comienza la eucaristía, tiñe de amargo el encuentro y frenética colapsa la sinfonía maniática. Gimen sus gestos dentro del corcel, devora anorexia sintética mientras se consumen los labios de charol desechable. Se encierra, arrastra y estalla su cabeza contra los demonios del veneno. Suspendida, las escamas de su rostro artificio roban su virgen inocencia, el revolver de su mirada se tritura oxidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario